martes, 28 de mayo de 2013

Cartelera enriquecida (con uranio y kryptonita)

Ya saben que lo que más les gusta a los medios de comunicación españoles es colgarse medallas. El mejor ejemplo es la prensa deportiva. Marca y el resto de periódicos hacen mil exclusivas diciendo que el Madrid y el Barcelona ficharán a decenas de jugadores. Si al final contratan a uno, siempre dirán aquello de "como adelantó...". Pero igual de frustrante es ver cómo los diarios y revistas se consideran adalides de una causa por una información que apareció en la esquina de la última página. En las revistas de cine comercial, el cine de autor y el cine español ocupan un espacio reducidísimo, salvo casos muy excepcionales. Si eres Lars Von Trier y haces una película porno con Charlotte Gainsbourg, pues seguramente tengas espacio. Si haces una película sobre dos lesbianas con cuerpo de supermodelos, pues también. Si haces una película de cruising con homosexuales gordos entrados en años, pues a lo mejor ya no. Todo es una táctica de mercado.

Pero al final, contra el dinero nada puede hacer, ni Von Trier, ni Haneke, ni Tarantino ni ninguno de esos autores que se pueden exprimir comercialmente. Cuando salió lo del cierre de Alta Films, en seguida comenzaron a proliferar artículos sobre lo triste de la situación, sobre lo empobrecida que quedaría nuestra cartelera y sobre el apocalipsis que se acercaba. Eso dura lo que dura. Es decir, poco o nada. Como Cannes, que durante dos semanas hablamos de cine de autor, pero en cuanto termina ya volvemos a lo que interesa. Vean, vean:

¿Es un pájaro? ¿Es un avión? ¡No, son dos revistas con la misma portada!
Las dos revistas más vendidas de nuestro país arrodillándose ante el amo y señor americano. Fíjense en el titular de Fotogramas, poniendo «la exclusiva más completa». No sé exactamente a qué se refieren (ni pienso averiguarlo), pero en principio por lo señalado en portada no parece que tengan más que su revista rival. Ya cuando dicen que su exclusiva es «la más completa» dan a entender que hay otras menos completas. En ese caso, no sería una exclusiva. Cinemanía por su parte, para mostrarse más fiel, le dedica toda su portada al nuevo Superman. Bueno, no manipulemos. Cinemanía defiende la diversidad y las diferentes formas de ver el cine, por eso en la parte de arriba dedica espacio a Danny Boyle, Sexo en Nueva York, Will Smith y «el truco de Hollywood», sea lo que sea esto último. Por su parte, Fotogramas en la portada también habla de Boyle, de Monsters University, del Rat Pack de Frank Sinatra, de Zach Galifianakis (por The Hangover 3) y remata con 36 Súper (rimando con el tema de la portada) hits contra el calor.

¿Cartelera empobrecida? ¿Dónde? La culpa no es suya, ¿eh? Las revistas hablan de lo que se estrena. Bueno, este mes estrenan películas Olivier Assayas, Margarethe von Trotta, Xavier Dolan o Richard Linklater. Pero, ¿qué más da? Si eso no le interesa a nadie. Y si les interesa ya tienen dentro de la revista una crítica de quinientos caracteres y un artículo resumiendo el argumento. El simil con los periódicos deportivos no es banal. Los periodistas hablan continuamente que España se ha convertido en una liga de dos equipos, y que el resto no tiene nada que hacer. Pero cuando abres un periódico o escuchas un programa de radio, lo único que hacen es hablar de esos dos equipos. Hablan antes y durante más tiempo de los calzoncillos de Cristiano Ronaldo que de los partidos de otros equipos españoles. Y ya no me meto en otros deportes. ¿Les suena

Quizás por el parecido entre la prensa cinematográfica y la futbolística (más que deportiva), la cuenta de twitter del máximo responsable de Cinemanía se llama @futbolycine, como ejemplo perfecto de lo bien que casan los dos métodos. Recientemente, Carlos Marañón nos regalaba este magnífico tuit:
Y se queda tan ancho. ¿De quién es la culpa de esto? Suya no, claro. El mundo es injusto y nada podemos hacer nosotros para cambiarlo. Pero este tuit no podía pasar inadvertido y pronto un tuitero llamado @cronos_26 fue a buscar las cosquillas. La discusión completa es un auténtico delirio, con todo un director de un medio de PRISA dirigiéndose de manera barriobajera a un usuario anónimo. Bueno, anónimo no, ya que pone su nombre y apellido. Ya le gustaría a Carlos que no fuera así para poder rasgarse la camisa y lamentar que twitter se utilice para que algunos violentos parapetándose en el anonimato se dediquen a cuestionar el trabajo de los periodistas. El principal argumento de los que no tienen razón, así que imagino que aquí @futbolycine alguna verdad diría.

Como bien señala Nacho Sanz (@cronos_26) cuando se estrenó The Avengers, Avatar o Ironman 3, este periodista independiente no solo no dijo nada, sino que seguramente sacó la bandera del cine y cantó por la esperanza. Fast & Furious 6 como da para insultar y denigrar a una parte de la población por sus gustos, pues al ataque. A por ellos y que no quede ni uno. Pero si realmente han ido a ver esta película seis de cada diez espectadores, a ver quién es el guapo que se atreve a decir que la mayoría de los que han ido no son los mismos que fueron a Ironman 3.

El habitualmente mesurado y analítico Oskar Belategui también le dio por hacer balconing de siete pisos con el siguiente tuit, muy en la línea del de @futbolycine:
No sé hasta qué punto está dicho con algo de humor, imagino que algo algo tiene. Pero en fin, es enormemente desafortunado. Primero porque el éxito de Fast & Furious 6 no es un fenómeno local, sino que está arrasando a nivel mundial. Como arrasó Ironman 3 y arrasará todos los años algún blockbuster invasivo. ¿Por qué? Porque la estrategia de Hollywood es estrenar cada vez en más salas no solo para hacer más taquilla, sino para impedir la competencia. Si ellos ocupan más espacio, no quedará lugar para Assayas, Von Trotta, Dolan y tantos otros directores que no hacen un cine de autor complejo y hermético, sino abierto a cualquier tipo de público.

Por eso, todos estos análisis sociológicos de Fast & Furious 6 me parecen una basura, porque se quedan en la superficie. Le sirven a los críticos para pontificar en contra de la juventud, pero no en contra del problema, que es el modelo de negocio. Evidentemente, @futbolycine no se va a quejar de eso, porque si lo hiciera recibiría una llamadita del jefe que a ver qué es eso de atacar al negocio. El problema no es que los blockbusters se pasen de una semana a otra la cartera del espectador. El problema es que unos cantantes de reggaeton metidos a actores se ponen a conducir coches a toda velocidad y esos son valores malos para nuestra juventud. A mi eso me suena a cuando Solid Snake se tomaba tranquilizantes en el videojuego Metal Gear Solid y algún idiota decía que eso incitaba a los niños a drogarse. También pasó con los comics y casi con cualquier manifestación cultural que tiene su mercado entre el público adolescente.

A mi la saga Fast & Furious siempre me ha gustado mucho. Y eso que no me gusta el tuning ni el reggaeton. Creo que más allá de eso hay una idea cinematográfica interesante. Una idea dinámica y cierta belleza de ver esos coches desplazándose a toda velocidad por la carretera, de ver el metal abollándose. Y por encima de todo: su vocación intrascendente e incluso cómica. La mayoría de blockbusters actuales, pese a estar hechos con el principal objetivo de sacarle el dinero al espectador, se dan grandes ínfulas para hablar del destino del mundo y de los males de la sociedad. A mi esas cosas me provocan arcadas. Por eso me divierte el tono jocoso y juguetón del último Ironman (aunque en el fondo podía ser infinitamente mejor) o la estupidez bakala de la saga de Vin Diesel y Paul Walker.

Si el mercado se comportase como la portada de Cinemanía, ¿qué porcentaje de espectadores iría a ver Man of Steel? Cuando el cine de Hollywood ocupa la práctica totalidad de las pantallas y, gracias al colaboracionismo de los medios, de la información respecto a cine, ¿cómo no se van a dar este tipo de situaciones? Ahora es el 60%, pero dentro de unos años ese porcentaje irá a más. ¿Cambiarán su política informativa Fotogramas y Cinemanía en favor de la diversidad cultural? Que cada uno trate de responder a esa pregunta sin reírse.

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En la revista Cinema ad hoc aparece un texto interesante y lleno de declaraciones sobre el caso Alta Films. Habla del problema de las compras de las televisiones, especialmente la disparatada política de TVE. Pero también deja entrever otro problema grave, y es que el director gerente de Alta Films, Enrique González Kuhn, hijo de Macho, considera que Los chicos del coro es una película para minorías. Muchas veces el modelo de negocio de Alta ha funcionado así, con ese estilo de películas. Y eso no es exactamente ser un distribuidor independiente, sino recoger lo que no compran las majors.

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Terminó el festival de Cannes con la esperada victoria de La vie d'Adèle, que para su estreno en España recuperará el título del cómic en el que se basa, El azul es un color cálido. Bonito título, pero en fin, si Kechiche le puso el otro, por algo será. Y no creo que sea tan difícil de traducir. Como siempre en España vamos al son de lo que manda el amo americano (allí se llamará Blue is the warmest colour). El resto de los premios como siempre no parecen tener mucha lógica (¿Jia Zhang-ke mejor guión?) más allá de que las películas favoritas del jurado aparezcan en el festival. Ha sido una edición que ha generado muchos consensos entre los críticos. Para ponerse a temblar.

Les vuelvo a recomendar las crónicas de Lumière, donde pudimos contar con los escritos de Daniel Kasman, editor de MUBI. Un gran trabajo coronado con una fantástica entrevista a Lav Díaz, el legendario director filipino que presentó en Un Certain Regard su última película. También muy interesantes las crónicas de Carles Matamoros para Transit, aunque quizás saben a poco, por cantidad y por duración (aunque sabiendo las complicaciones que tuvo el cronista, se puede comprender). Por último, el compañero Sergi Fabregat Mata entrega unas notas muy heterodoxas sobre el certamen. A priori no comparto esos acercamientos hacia las películas (a lo mejor cambio de opinión cuando las vea), pero creo que es una mirada diferente y que merecen la pena para contrastar convicciones. Luego hay más crónicas de mayor o menor interés, pero estas merecen mi reconocimiento por su dedicación y compromiso con el cine más allá de intereses comerciales y/o empresariales.

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