sábado, 20 de abril de 2013

Declaración de intenciones

Este blog nace de la frustración que supone discutir en twitter. Si ya discutir por escrito es complicado, porque siempre es difícil transcribir en palabras lo que estás pensando y más aún lo que el resto pueda entender, tratar de limitarlo a 140 caracteres, o bien a una serie de tuits con ese límite, se hace ya prácticamente disparatado.

A mi me gusta discutir. Evidentemente, cada uno tiene su propia opinión y seguramente será imposible convencer al otro de que nuestro punto de vista es el correcto. Lo importante de una discusión radica más bien en la capacidad de uno mismo de ahondar en sus ideas, de reflexionar sobre lo que piensa. Escribir supone recordar y fijar imágenes e ideas en tu cabeza. Cuando discutes, estás convirtiendo todo eso en un argumento.

Pero en twitter es muy complicado que eso llegue a buen fin. Al final, todas las discusiones terminan en una serie de consignas más o menos afortunadas donde, al menos en mi caso, apenas entiendo lo que la otra persona intenta decirme. Y tengo miedo de que la red social moldee mi mente para pensar en contenedores de 140 caracteres. Hace poco le decía a mi buen amigo (con el que casi nunca estoy de acuerdo, por otra parte) Roberto Alcover Oti que una crítica que había leído parecía una sucesión de tuits unidos para dar forma a un texto. Hay ahí, en mi opinión, un lenguaje despreciativo donde la propia personalidad del crítico se impone sobre la película. Algo que veo adecuado para twitter, que siempre he considerado que era el sustituto virtual y global de la barra de bar de toda la vida. Pero cuando construyes un texto crítico, creo que lo importante es la labor de divulgación.

En este blog quiero discutir las críticas. Nuestra forma de acercarnos a las películas. Obviamente, a mi se me podrán achacar muchas incoherencias y muchas de las cosas que critico, pero bueno, como el blog lo escribo yo, no voy a dedicar a psicoanalizarme. Si alguien descubre mis errores, será bienvenido a compartirlos en los comentarios y si está bien elaborado, incluso lo publicaré en un post. Obviamente, cualquier tipo de ataque personal o referido a la intimidad de las personas está totalmente prohibido. Y si soy yo el que comete ese fallo, no tendré problema en pedir perdón o rectificar.

Discutir las críticas supone cabrear a mucha gente. En España hay mucho orgullo. Triunfa un relativismo donde cualquiera sabe de cine, de política y de fútbol. Evidentemente, internet ha hecho que un camarero pueda tener tantos conocimientos cinematográficos (o más) que un profesor de universidad, pero eso no hace que todos los camareros de España tengan una sabiduría cinematográfica comparable a todos los profesores de universidad. Hace falta atender al método, a la forma de acercarse a las películas.

También creo este blog para luchar contra una tentación muy extendida, que es la de utilizar una crítica de cine como arma arrojadiza contra los críticos que no piensan como yo. Escribir una parrafada sobre lo malos que son el resto de los críticos, sobre lo mal que han enfocado la película y sobre su falta de coherencia, y al final decir dos o tres cosas al aire de la película. Es algo que ocurre mucho en la web decana Miradas de Cine, donde siempre te encuentras todos los meses uno o dos textos que siguen este método. Creo que cuando escribimos sobre una película, lo hacemos porque nos interesa, porque consideramos que le debemos algo. Utilizar ese espacio para venganzas o persecuciones personales no me parece correcto. Muchas veces lo he intentado discutir en los comentarios de esa página, pero lo normal (no siempre) es que la conversación derive hacia el terreno personal y a hablar de envidia, de grupos opuestos y todas esas cosas.

He puesto el caso de Miradas de Cine no porque sea la única que lo hace. Quizás sí lo hace bastante a menudo. O puede que sea una práctica muy extendida en el mundo de la crítica. Por ejemplo, Boyero siempre que se carga a una película que tiene cierta fama, alude a los espúreos intereses de la critica sesuda para despreciar las opiniones a favor. Y es posible que lo hagan también en muchas otras páginas que no leo. No sé, quién sabe si hasta yo mismo lo habré hecho alguna vez. Como dije al principio del anterior párrafo, es muy tentador recurrir a esta fórmula. Todos los cinéfilos creemos tener razón.

Por eso, para no caer en esto que yo considero un error, me dedicaré a «atacar» a los críticos que considere que se equivocan desde este blog, y así estaré liberado para escribir únicamente de las películas cuando me toque hacerlo.

1 comentario:

  1. Estoy bastante de acuerdo en casi todo lo que dices en esta entradilla. La verdad es que me apetece leerte sobre estos temas. En general, suelo discrepar de tu opinión (que por norma me parece en ocasiones demasiado dogmática, muy cerrada...lo cual obstruye la cantidad de cosas interesantes que sueles valorar en las películas), pero sí comparto apreciaciones sobre lo que debería ser una crítica o cual debería ser su finalidad.
    También me apetece leer tu punto de vista sobre Miradas (aunque también me gustaría aclarar que la opinión de un colaborador no representa la "opinión" de la revista), porque es importante siempre, ir mejorando.

    un abrazo,

    Robert

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